Por José Octavio Zavala Soto
El nacimiento se ha descubierto como un periodo especialmente sensible de agresiones a diferentes escalas. Conocido ahora como periodo primal por considerarse el primero, es un lapso de tiempo en el que un bebé es particularmente sensible a programar la expresión o activación de sus genes hacia un comportamiento de salud o de enfermedad según la activación que se le dé en ese periodo.
El periodo primal se refiere a los primeros 1000 días de vida de las personas desde su gestación, pero principalmente al lapso de tiempo desde la gestación intrauterina dentro de la madre, al nacimiento y al primer año de vida de las personas.
En todo este tiempo pero de manera aún más importante antes de nacer y en las primeras horas de vida se llevan a cabo adaptaciones hormonales que influyen en el desarrollo del cerebro y del sistema inmune o de defensa de los bebés a través de la relación que guardan las bacterias y microorganismos que invaden el intestino del bebé al nacer y la relación que desarrollan estos con los genes del individuo en ese periodo de activación.
En otras palabras una persona puede tener genes que le heredan cierta probabilidad de desarrollar un cáncer o diabetes por ejemplo, pero el ambiente desde el embarazo y el nacimiento será el que lo predispone a que esos genes se activen o no hacia desarrollar esos problemas, que se potenciarán además con el resto de factores y hábitos que continuemos a lo largo de nuestra vida aumentando o disminuyendo el riesgo de la expresión de esos genes y aparición de la enfermedad.
La cesárea electiva, programada sin trabajo de parto es el ejemplo más obvio y estudiado de estos mecanismos. Un individuo que nace por cesárea electiva sin trabajo de parto tendrá 20% mayor riesgo de desarrollar asma bronquial a lo largo de su vida, atopia y enfermedades alérgicas; 36% mayor riesgo de necrosis avascular de la cabeza femoral.
Sabemos que la cesárea electiva incrementa el riesgo de leucemia mieloide aguda. Análisis recientes de registros de 9 países diferentes prueban un 23% de más riesgo en desarrollar leucemia linfocitica aguda. El cómo se conectan las relaciones entre el modo de nacer y este tipo de cáncer es lo que aún no sabemos.
Los problemas metabólicos que se han establecido claramente relacionados con el nacimiento por cesárea electiva son por ejemplo un riesgo aumentado 1.83 veces en la prevalencia de sobrepeso y obesidad a partir de los 11 años de edad. Metaanálsis de al menos 28 estudios han mostrado en porcentaje que este riesgo es de 39% mayor sin relación a sobrepeso materno u otros factores perinatales.
De manera similar metaanálisis de otros 12 estudios demostraron el riesgo 19% mayor para diabetes tipo I independientemente de otros factores como edad de la madre, alimento al seno materno, peso al nacer, edad gestacional y antecedentes maternos.
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